Yue Minjun y la risa de las máscaras

por Martín Leandro Páez Ramos
Pintor / Lic. En Artes Visuales
Docente e Investigador de la UNSJ
San Juan

«Reír es una expresión de dolor. Cuando has soportado el máximo nivel de dolor que podés tolerar, todo lo que podés hacer es reírte.»1

El tópico de la risa en las artes no es un todo homogéneo que podamos encerrar en un círculo. Por el contrario, tiene muchas aristas desemejantes entre sí, que pueden incluir desde la sobre interpretada sutilidad labial de La Gioconda -la cual serviría para comenzar a distinguir la diferencia sustancial entre la carcajada, la risa y la sonrisa-, las representaciones escultóricas del sonriente Buda Hotei -y su relación en Oriente con la felicidad y la abundancia-, las pequeñas esculturas antropomorfas denominadas “caritas sonrientes” de la cultura prehispánica totonaca, hasta la infinidad de manifestaciones de la risa que pudiéramos hallar en los distintos periodos artísticos. Observaremos entonces, procurando evitar interpretaciones groseras, que los fenómenos de la risa en las artes -así como también en la vida real- no siempre comparten un mismo significado.

¿Pero qué es lo común a toda risa? O, en otras palabras, ¿qué es lo esencial de la risa? Para el filósofo Gustavo Bueno (1953) la risa -en términos generales- «es la reacción del entendimiento ante un objeto [o estructura] ridículo en sí mismo». Las situaciones ridículas, desproporcionadas y absurdas, son el estímulo que hace brotar la risa del animal risíbilis2. Pero cabe aclarar que esta relación no implica la fricción del propio entendimiento con el objeto sin más, sino la fricción del entendimiento -del intelecto- consigo mismo, a partir del trato con los objetos o situaciones ridículas.

Lo ridículo, o más bien su consecuencia natural, la risa, atraviesa toda la obra de Yue Minjun. Este artista contemporáneo -dibujante, pintor, grabador y escultor-, nacido en 1962 al noreste de la República Popular China (hoy residente en Beijing), es reconocido internacionalmente desde la década de los ‘90 por sus pinturas de personajes grotescos que ríen a carcajadas en escenas absurdas o imitando obras de arte famosas3. Esto, que aparentaría ser un mero capricho temático o estilístico, cobra plena significación apenas lo contrastamos con su contexto biográfico. Entre los sucesos históricos que afectaron al pintor, los de 1989 dejaron en él una marca particular: la represión por parte del ejército chino contra estudiantes y trabajadores en la llamada Masacre de Tiananmen. Minjun tampoco pudo escapar de la influencia estilística que había dejado la propaganda visual del régimen maoísta. Esos carteles propagandísticos con los que creció administraban la doctrina comunista a las masas: un bombardeo visual de imágenes coloridas, idílicas, edulcoradas con rostros sonrosados mirando el horizonte y sonrisas blancas multiplicándose por doquier.

En contra de aquella idea romántica -tan extendida hasta hoy- del genio de inspiración divina, o de una supuesta creatio ex nihilo, es decir, la capacidad que tendría el artista para “crear de la nada”, podemos constatar efectivamente que ninguna disciplina artística escapa a la dialéctica4: todo artista “crea” o, mejor dicho, opera a partir de lo que le es ya dado, de lo que otros hicieron antes que él, ya sea incorporándolo o rechazándolo, total o parcialmente. Es dentro de este marco en donde decimos que Yue Minjun “degenera” la sonrisa utópica de la propaganda maoísta, transmutando ese ideal felicitario de los rostros de antaño en una carcajada vulgar, mundana, ridícula y ridiculizante, repetida casi con manía, tensada hasta los límites del “desequilibrio emocional” o del llanto desconsolado.

Pero, volviendo al fenómeno de la risa en sí, podríamos suponer que los hechos críticos (sociales o personales) que parecen haber vivido los personajes del pintor (que por autorreferencia son él mismo en constante repetición y actualización) alcanzaron tal absurdidad y desproporción, tal “irrealidad” por impensables o trágicos, que terminaron por causarles una risa también desproporcionada y, si se quiere, desequilibrada. La abrupta carcajada de dichos personajes resultaría entonces de su reacción ante la cruda realidad, esto es, de la adecuación del entendimiento que, frente a situaciones que le son aparentemente «erróneas» -por intolerables y ridículas-, busca adaptarse rectificando el error para, finalmente, aceptar la verdad. Y justamente, en esa reacomodación del intelecto consigo mismo ante lo ridículo es cuando tiene lugar esa descarga de energía risoria” que provoca la risa. En otras palabras, los cuadros de Minjun nos recuerdan que la risa es siempre un fenómeno que se dirige contra uno mismo: “[…] nos reímos siempre de nosotros mismos […]” (Bueno, 1953).

Pero, dentro del mecanismo general de la risa, estas carcajadas hiperbólicas, de semblante espasmódico (asemejables a las muecas sardónicas del tétanos), tienen en común el componente de lo im-personal. La idea de máscara -por etimología- nace ligada a la noción misma de persona, ya que “‘Persona’ era, en efecto, la máscara o careta que usaban los actores de la tragedia para hablar –per sonare-”5. Mas los cuadros de Yue Minjun muestran casi lo opuesto: la máscara rosa se replica en los cuerpos como un módulo universal, desencajado, como una fachada impostada de risotadas planas y negras -sin lengua, sin interior, sin sonido-, de ojos cerrados -que más que reacción fisiológica de la carcajada o signo de introspección, es arquetipo de negación-. Actores trágicos pintados en un escenario “feliz” que, homogeneizados en la impersonalidad y desprovistos de toda palabra, ríen sin parar.

Y ese ideal felicitario que exhibían aquellas bellas sonrisas de los carteles de propaganda
-“enmascarando” en la risa los conflictos sociales y políticos- es el que señalan con parodia las carcajadas de Yue Minjun, que podrían leerse, si se quiere, como un elemento crítico contra lo que Bueno (2005, p. 309) llamó el Principio de felicidad: “[…] todos los hombres quieren ser felices”. Es decir que, explicando groseramente al filósofo, la felicidad se hallaría involucrada en el destino -metafísico- del Hombre, en la utopía de alcanzar un bienestar colectivo y universal, lo que implicaría, en este caso, la conducción de la “Humanidad” hacia su estado final de felicidad en el comunismo.

Por otro lado, la fama de Minjun en el mercado de “Occidente” -vendiendo incluso algunas de sus obras por cifras extravagantes, como ocurrió en 2007 con “La ejecución” (1995) en el Sotheby’s londinense- no parece ser casual, quizás debido al interés geopolítico de contrapropaganda hacia China por parte de potencias extranjeras, pero también a las resonancias que su trabajo tiene -en tanto que crítica, intencional o no- con la visión occidental de la idea de felicidad. Y es que, bajo el modelo hegemónico anglosajón, ese ideal apunta, más que a la felicidad del grupo, a la del individuo. Una sociedad atomizada que busca mantener el “estado de risa” (de felicidad) a través del consumo, nutriéndose de miles de libros de autoayuda y de gurús del mindfulness, para luego caer en el exhibicionismo impostado de una “vida feliz” o en el narcisismo exacerbado de las selfies -de las máscaras- en las redes sociales. Es en tiempos del abuso mímico de la risa -basta ver al pasar los carteles de candidatos políticos- como gesto positivo, tranquilizador (que demuestre que se ha apartado del intelecto el error: cualquier rastro de negatividad o desconfianza hacia el prójimo), que no importa qué acontezca ni cuál sea el “nivel de dolor” a tolerar, todo lo que podemos hacer, en irónica e impotente escenificación de pose barthesiana, es reír: “Aquí estamos amontonados en un gran montón de basura formando una colina abyecta y, sin embargo, somos felices y nos reímos”.6


1 Afirma Yue Minjun en la entrevista “Interview: Yue Minjun on his laughter and pain” (traducción propia del inglés). Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=5AjIxHb6htQ
2
Para Bergson el hombre es el animal que ríe.
3
Dada su inspiración en la sarcástica obra de Geng Jianyi, la crítica suele incluirlo dentro del movimiento artístico “Realismo Cínico” (posterior a 1989), aunque él niega en parte esta etiqueta.
4 Si “[…] pensar es pensar contra alguien […]” (Bueno, 2005, p. 183), pintar sería, en ese sentido, pintar contra alguien.
5 GARCÍA SIERRA, P. (2021). “Individuo y Persona [278] Persona / Persona humana / Hombre”. Diccionario filosófico. Manual de materialismo filosófico. Una introducción analítica. 2a edición (digital), versión 5. Julio de 2021. Recuperado en agosto de 2023, de: https://www.filosofia.org/filomat/df278.htm
6 Comentario de Yue Minjun sobre su obra “Garbage hill” (traducción propia del inglés). Sitio web: https://www.wengcontemporary.com/artwork/yue-minjun-garbage-hill-2009 

Bibliografía consultada


ÁLVAREZ, M. (2022). “Y la risa, horrible mueca”. Diario abc en el Este. Recuperado en agosto de 2023, de: https://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/2022/02/13/y-la-risa-horrible-mueca/
BUENO, G. (1953). «Ética de la risa». El Gallo. Revista de los estudiantes de Salamanca, año I, N°1, págs. 8 y 5. Recuperado en agosto de 2023, de: https://www.filosofia.org/hem/195/ga95303a.htm
BUENO, G. (2005). El mito de la felicidad. Autoayuda para desengaño de quienes buscan ser felices. Barcelona, España: Ediciones B S.A. 1a edición: abril 2005.
LAMBAN, A.; PÉREZ, L. y MAÑERU, M. (2022). “La carcajada cínica de Yue Minjun”. Kalós Revista Cultural. Recuperado en agosto de 2023, de: http://www.revistakalos.com/yue-minjun/

Referencias de imágenes


(1) Minjun, Y. (2003). “Garbage hill” [detalle; acrílico sobre lienzo; 280 x 200 cm]. The China Project. Recuperada en agosto de 2023, de: https://thechinaproject.com/2021/02/09/whats-so-funny-yue-minjun/
(2) Comité Revolucionario y Equipo de Propaganda de los Trabajadores de la Escuela de Bellas Artes de Shanghai (1971). “¡Viva el Presidente Mao!” [cartel publicitario]. Recuperada en agosto de 2023, de: https://www.huckmag.com/article/coronavirus-communism-posters-history-chinese-propaganda; y la célebre imagen de un manifestante bloqueando los tanques en Tiananmen (1989). [fotografía]. Recuperada en agosto de 2023, de: https://www.britannica.com/event/Tiananmen-Square-incident
(3) Minjun, Y. (1995). “La ejecución” [óleo sobre lienzo; 150 x 300 cm]. Sitio de la Universidad de los Andes, Colombia. Recuperada en agosto de 2023, de: https://historiadelarte.uniandes.edu.co/clio/referentes-gestos-y-sustracciones-en-la-ejecucion-de-yue-minjun/
(4) Minjun, Y. (2001). «Soy chino» [óleo sobre lienzo; 200 x 220 cm]. Sitio de Instagram del autor. Recuperada en agosto de 2023, de: https://www.instagram.com/p/CfQ1pt9OS4L/
(5) Minjun, Y. (2003). “Garbage hill” [acrílico sobre lienzo; 280 x 200 cm]. Sitio de Instagram del autor. Recuperada en agosto de 2023, de: https://www.instagram.com/p/B-R3wwnFnM2/