por María Silvia Robins
Fonoaudióloga
San Juan
Uno de los motivos de consulta frecuente, es la ausencia o retraso en el desarrollo del lenguaje. Varias veces los padres llegan con toda la información, expediente en mano, con los estudios médicos objetivos, resultados de la batería de tests que fueron suministrados para determinar su CI, edad de lenguaje expresivo y comprensivo, habilidades lingüísticas, con sus informes respectivos que enumeran, según las puntuaciones, los desvíos o déficits respecto de la media estándar, y un diagnóstico (TEA, TEL, TDAH, etc.), quedando encasillado como dentro de un catálogo. Este niño medido, evaluado, comparado, responde bajo un significante que lo nombra según sus síntomas. Esta nominación es tomada por su entorno, y es utilizada para su presentación.
Entonces el pequeño viste así con su etiqueta.
Además, trae la prescripción de gran cantidad de terapias, que, si es posible, sería conveniente que fueran una a continuación de otra.
Sin perjuicio de sus antecedentes, llega mi intervención, la cual deberá atender a esta preocupación por su hijo que no habla, que no se conecta, que deambula, que no aprende como otros niños, como a la necesidad imperiosa que manifiestan por una reeducación del lenguaje, y a la respuesta de la ansiosa pregunta que siempre formulan: ¿va a hablar y cuándo? Como si fuese un aprendizaje guiado el hecho de hacer uso del lenguaje, organizado, estructurado, funcional y acorde a su edad.
Llegado a este punto comienzan los interrogantes… ¿estos síntomas debo reeducar?
Considero que intentar restablecer conductas más apropiadas, incorporar vocabulario, poner límites no es posible a través de una receta, a modo de programación de rutinas establecidas en agendas diarias, forzándolo a responder para obtener su recompensa, puesto que, con esta metodología, indiscutiblemente se deja de lado su singularidad y toda posibilidad de hacer por sí mismo. Sería como si a un niño sordo se le atasen sus manos, limitando así su decir y comunicación a través de ellas, para imponer la palabra articulada.
Entonces, se suman nuevas preguntas ¿hay en este silencio voz? ¿está afectada la estructuración de su lenguaje o es anterior a ello- -como se concibió la constitución como sujeto? ¿qué es lo que siente, miedo, angustia, dolor? ¿cómo fue en sus primeros años el vínculo con el OTRO?
Este niño, que parece no escuchar cuando se lo convoca, que tiene un modo de funcionar diferente, trae consigo una historia familiar, ¿podrá ponerse a disposición para lograr desanudar su queja? ¿podrá dejarse tomar por la palabra del OTRO? ¿podrá tomar la palabra?
El dispositivo de intervención será ofrecer un espacio que posibilite al niño producir, localizar algo de su cuerpo afectado por su angustia, enlazar y establecer un vínculo con el OTRO y con su propio cuerpo. Brindar en cada sesión un espacio que permita desplegar su decir, que logre consentir la presencia de ese OTRO. Un acompasar sus conductas entendiendo el inconsciente estructurado como lenguaje y la palabra implicada en el deseo. Observar en sus juegos, en sus dibujos, en sus recorridos la relación con su experiencia. Atender lo que propone, habilitarlo a expresar su modo de pensar y sentir, y dejarse enseñar por él. Buscar los efectos de la palabra dirigida, con las palabras del OTRO, tal como define Lacan: un lugar para los significantes que introduce el niño en la particularidad de un deseo como tal (el concepto del gran OTRO).
Para concluir, me quedo pensando en la importancia de otros discursos, en donde todo es medible y cuantificable, considerando que un diagnóstico tiene un efecto tranquilizador y orientador para su familia, la escolaridad y el entorno social, sin embargo, sabiendo que dicha evaluación quedará incompleta si no podemos entender aquello que no se puede cifrar, que solo el propio sujeto podrá transmitir.Se podrá vestir al niño de etiqueta, pero quedará saber qué tan cómodo se siente él.
Bibliografía
BONNAUD, H. El inconsciente del niño. Madrid. Ed. Gredos. 2014
NOTAS DE NIÑOS. Revista de Psicoanálisis – “Cuerpos en Altoparlantes” Año 1 N°1. Departamento de Investigación de Psicoanálisis con Niños CIEC-NRC