Verlo todo

Por Lorena Figueroa
Grupo en Formación Catamarca

Esa pantalla negra, brillante y fría que tanto fascina: Black Mirror (serie británica
creada por Charlie Brooker) pareciera ser la antesala de un futuro inmediato.
Sujetos capturados por la tecnología. En la primera temporada de esta serie nos
encontramos con el horror y el placer que genera cada episodio. En el primer
capítulo llamado “El himno nacional”, el primer ministro británico es amenazado,
por el captor de la princesa Susannah, quien pertenece a la familia real. Amenaza
con asesinarla excepto que se emita por la pantalla grande la relación sexual del
primer ministro con un cerdo.
Estas escenas denuncian lo que desde el psicoanálisis se denomina la caída del
Nombre del Padre, determinada por la época del Otro que no existe,
encontrándose sujetos que están bajo la primacía superyoica del empuje a gozar,
a consumir más, más tecnología, tanto por dentro como por fuera de la serie. Los
británicos tomados por las pantallas para mirar lo obsceno del acto sexual, y los
espectadores atrapados mirando la serie, a modo de atracón, gozando de verlo
todo.
El psicoanálisis en extensión se sirve de los otros discursos, en este caso del arte
audiovisual para interpretar e interpelar la subjetividad de la época, agujerea el
sentido alcanzando bordear lo real de la época. Las series de TV son una forma
de relato que denuncian el malestar de la civilización, están organizadas de tal
modo que generan en el espectador el “no parar” de ver, fiel reflejo del discurso
capitalista, generando un estilo adictivo.
Lacan, en la “Proposición del 9 de octubre”, toma en relación al psicoanálisis en
extensión, tres puntos de fuga para articularlos con lo más íntimo al psicoanálisis
en intensión. Tomo el primer punto de fuga en relación al registro simbólico,
encontramos el mito del Edipo como versión del significante del Nombre de Padre,
versión que en la época del capitalismo produce el borramiento de la función del
padre. Sujetos tomados por el discurso capitalista, como lo muestran las series,
donde todo es posible. La falla, el límite, la castración ya no son condición, solo se
busca la constante satisfacción.