por Guillermo López
AP EOL- AMP
Buenos Aires
¿Es casual que Lacan encuentra el ejemplo del lapsus del nudo, de la cuerda imaginaria en Joyce como ejemplo de desanudamiento, en una escena de su adolescencia? ¿Por qué se produce en pleno despertar sexual? ¹
Se trata de la escena de la paliza que recibe el joven Dedalus-Joyce por parte de sus compañeros y que Lacan recorta de su novela “El retrato del artista adolescente”, que es casi un testimonio autobiográfico de su juventud. ²
Ubica allí el desanudamiento que no afecta a las tres cuerdas sino solo al toro imaginario que se suelta, quedando las cuerdas real y simbólicas interpenetradas.
Si se supone que en Joyce la relación al cuerpo no pasa por la imagen, no hay una relación narcisista con la imagen, ni por la vía del estadio del espejo, ni por la vía del fantasma, ¿cómo vive el joven Stephen los agujeros de su cuerpo? No hay nada que vele imaginariamente la irrupción del goce autoerótico. Eric Laurent propone que Joyce, en lugar de tener una relación al cuerpo que pasa por la imagen, tiene “una relación narcisista con lo que es la falta de imagen y, sobre todo, con lo que hace agujero en el cuerpo […] tiene una relación directa con el pequeño a como agujero”. ³ Plantea allí la relación entre la forma y el enforma, y como la forma del cuerpo imaginaria vela, al enforma, que no es más que el objeto α. La positivación de goce característica de la pubertad, no encuentra un imaginario que le dé cuerpo, con las consecuencias que eso pueda tener para vivir al cuerpo, como algo ajeno.
Desde el primer capítulo de “El retrato del artista adolescente”, los castigos físicos en el Colegio Jesuita están vinculados a la sexualidad. Al escuchar en la charla de un grupo de jóvenes el motivo por el cual unos compañeros fueron castigados, el joven Joyce parece quedar perplejo. Cito: –¿Los pescaron? -¿Haciendo qué? – Toqueteándose. Stephen miró las caras de los compañeros […] quería preguntarle a alguien sobre eso. ¿Qué quería decir lo de toquetearse en la letrina? ¿Porque los cinco compañeros de la división superior se escaparon por eso? Era una broma pensó […] Pero, ¿por qué en la letrina? Uno iba allí cuando tenía ganas de hacer algo. Tal vez era por eso que estaban ahí porque era el lugar donde algunos compañeros escribían cosas por chasco. No era un chasco porque se habían escapado […] y empezó a sentir miedo”. 4
Frente a la pregunta por la relación sexual, Stephen parece quedar sin ninguna respuesta posible.
El despertar de la primavera en Joyce bordea la escena de la paliza en la que se detiene Lacan. Es interesante que, previo a dicha escena, el Joven Joyce no pueda asumir ninguna posición subjetiva frente a la primera atracción que siente por una mujer, situación que lo supera y que vive como algo que le produce cierta extrañeza. En la escena con Emma, en los escalones de un tranvía atestado de gente, no puede tomar la iniciativa, queda “apático en su sitio, semejando un tranquilo observador de la escena que tenía delante”. 5 Se dice a sí mismo: “Ella también quiere que la pesque. Es por eso que vino conmigo al tranvía. Podría pescarla fácil cuando sube a mi escalón: nadie está mirando. Podría aferrarla y besarla. Pero no hizo ninguna de las dos cosas”. 6
Al día siguiente estuvo sentado ante su mesa del cuarto durante horas, escribió las iniciales de la divisa jesuítica, sin poder escribir una línea más, hasta que se ocupó del incidente con Emma, y en el poema que escribe, que alude a la escena con la joven, la modifica incluyendo un beso que logra consumarse, poniéndole punto final a su escrito con las letras LDS (Alabanza a Dios Siempre).
La atracción por esa chica es descubierta por su compañero Heron, justamente el que le va a proporcionar al poco tiempo la paliza en la que se detiene Lacan. En esa ocasión también le pega con un bastón, simplemente por descubrir su gusto por esta joven.
A estas escenas del despertar sexual, le sigue la acusación de herejía primero por su maestro de inglés, por el modo en que en un trabajo describe la relación del alma con Dios “sin posibilidad de mayor proximidad jamás” y luego por sus compañeros, acusándolo de herético por sus gustos poéticos no convencionales, motivo por el que es fustigado, en la famosa escena de la paliza.
Su iniciación sexual con prostitutas es vivido como un pecado atroz del que sentía debía redimirse, entregándose a la confesión. Asimismo realiza un tratamiento de los agujeros del cuerpo, por la vía religiosa de la prohibición, el castigo y la penitencia: “Para mortificar la mirada, se proponía como norma de conducta caminar por la calle con los ojos bajos, no mirar ni a derecha ni a izquierda, ni atrás, evitando conectar con los ojos de una mujer […] Sacrificaba la voz, no cantando ni silbando y no podía hacer nada para huir a los ruidos que le irritaban los nervios”. 7
La novela es un fiel testimonio de como el joven Dedalus, al no poder servirse del NP, pasa de regular lo excesivo del goce del cuerpo por la vía religiosa, a despreciar el dogma de la Iglesia, para encontrar una salida por la vía del llamado a ser El artista. 8
Este pasaje del santo al artista, es señalado por Lacan como una herejía, que en teología no es más que la elección de una doctrina contraria a la fe común y que contradice a la verdad revelada por Dios. 9 Joyce elige -señala Lacan, como todo hereje elige su camino singular para alcanzar la verdad, y lo hace de la buena manera. “La buena manera es la que, habiendo reconocido la naturaleza del sinthome, no se priva de usarlo lógicamente, es decir, de usarlo hasta alcanzar su real, al cabo de lo cual él apaga su sed”.10
¹ López, G. Adoles(seres). La orientación a lo real en la clínica con adolescentes. Buenos Aires, Editorial Grama, 2019. Aquí se trabajan con más detalle estos interrogantes.
² Lacan, J. (1975-1976) El Seminario Libro 23. El Sinthome. Buenos Aires, Editorial Paidós, 2006, p. 145.
³ Laurent, E. (2000) Los objetos de la pasión, Buenos Aires, Editorial Tres Haches, 2001, p. 69.
4 Joyce J. (1916) Retrato del artista adolescente, Buenos Aires, Editorial Losada, 2012, p. 61/62/63.
5 Íbidem, p. 90.
6 Íbidem, p. 90.
7 Íbidem, p. 180.
8 López, G. (2016) “Del santo al artista, la herejía de Joyce”. En Revista Virtualia Nº 31. Revista Virtual de la Escuela de la Orientación Lacaniana, Enero 2016, p. 27.
9 López, G. (2016) “La herejía del sinthome”. En Conversaciones sobre Lacan en bloque. Olivos, Grama Ediciones. p. 91.
10 Lacan, J. (1975-1976) El Seminario Libro 23. El Sinthome, op. cit. p. 15.