“La violencia, del progreso a la incertidumbre: la pulsión de muerte en la feria de lo real”

Fernando Mó
AP EOL-AMP
CID San Juan

“Los seres humanos no piden más que eso, que las luces sean moderadas”
Lacan, 1974 ¹

Agresividad

Para dar un lugar adecuado del término en la doctrina, en 1948 Lacan formula la tesis de que “La agresividad se manifiesta en una experiencia que es subjetiva por su constitución misma”, por lo que debe entenderse en el marco de las relaciones del sujeto con el sentido. ²
La experiencia analítica permite allí ubicar los resortes de la agresividad a partir de ese fenómeno mental que son las imágenes de fragmentación y dislocación corporal, gestalt propias de la tendencia agresiva; dimensión de la imago correlativa a lo que la identificación narcisista implica de Discordia en su fundamento, que remite al instinto de muerte en Freud, y que en su extremo puede desembocar en el pasaje al acto agresivo.
“Sólo un sujeto puede comprender un sentido, inversamente todo fenómeno de sentido implica un sujeto”, ³ que puede pacificarlo o no, y es la función conciliatoria del Ideal del yo la que puede tornar más o menos vivible el malestar propio de la civilización entre los individuos.
Es la función reguladora de ése Ideal la que, como saldo del Edipo, puede atenuar el brillo incandescente e inquietante que las imágenes de la fragmentación agitan en los cuerpos.

Orden y progreso

Lo que allí en 1948 Lacan llama “el hombre ‘liberado’ de la sociedad moderna”, consolidó su liberación a tal punto que la elaboración psicoanalítica, en 1996 con Miller y Laurent, puede sostener que asistimos a una crisis de lo real correlativa a la inexistencia del Otro. 4
La crisis de lo real se distingue de lo que podría ser una crisis del saber; en ésta última lo que se pone en crisis atañe a la interpretación de un fenómeno, en la primera lo real se multiplica por no encontrar una estructura nominativa que lo fije al modo en que la dureza de los grandes relatos podían hacerlo.
Por ejemplo la secular doctrina del Progreso que, apoyándose en el legado de los antiguos y lo que la memoria y la fuerza productiva de los modernos podrían fructificar sobre ello, pudo ordenar secularmente distintos esfuerzos teóricos y pragmáticos que desembocarían en la Virtud y la Razón hechas sociedad, con el liberalismo económico y la ciencia moderna como garantes crecientes del proyecto. 5
Crisis del saber fueron las distintos esfuerzos de sostener la doctrina, hasta su decadencia que comenzó con la llegada de las guerras mundiales. Crisis de lo real implica, más allá del hombre, la liberación de lo real mismo.

Feria de lo real

El efecto del discurso de la ciencia consistió en una creciente puesta en cuestión de lo real, “hasta tal punto que la pregunta ¿qué es lo real? solo tiene respuestas contradictorias, inconsistentes, en todos los casos, inciertas”, 6 cuyo síntoma preponderante es la profusión de semblantes que intentan situarlo.
Allí el debilitamiento del Ideal consiste en su propia dispersión, que conduce a la pluralización y al mercado de los modos de ser y aparecer, 7 y su caída adquiere la forma de la desinstitucionalización de las creencias. Incluso “las religiones laicas caen, y en esa caída esas antiguas convicciones se convierten en creencias. Así produce un individualismo de masas. Cada uno tiene que inventar su propia religión. Cada no debe inventar sus regímenes de experiencia”. 8
En ese sentido Lacan puede decir en 1974 que nos encontramos horriblemente en la feria: “Esa es mi manera de traducir ‘fe’. La fe es la feria. Hay tantas fes, fes que se meten en los rincones, que, pese a todo, eso solo se dice bien en el foro, es decir, la feria”. 9
Como lo articuló Lacan en 1968, si hay un mercado del saber es porque hay una huelga de la verdad; y es éste mercado el que está en el lugar del Otro, totalizando los méritos y los valores, asegurando la organización de las elecciones y las preferencias. 10
Nuevo orden que mezcla creencia y mercado, efecto de la incertidumbre e inestabilidad moderna respecto de lo real, y que puede desencadenar la pulsión de muerte.

Cuerpos sin exterior

En este desencadenamiento, no se trata solamente de la pluralización y de la burocratización de los modos en que el real puede quedar situado, sino también de la naturaleza enloquecida que habita los cuerpos contemporáneos como producto del régimen del no-todo: “una imprevista consecuencia del principio de lo ilimitado en la sociedad, a falta de un exterior posible, el sujeto se vuelve contra sí mismo (…) únicamente el cuerpo le da su consistencia al ser hablante, y ya no el discurso que se había soñado universal”. 11
La alteración de lo real se presenta en los cuerpos que se repliegan sobre sí mismos como efecto de saturación.

Otro que existe y violencia ubicua

Este clima de inconsistencia, cuerpos saturados, incertidumbre y proliferación de semblantes más o menos desmontados de lo real, se acompaña de modo lógico con un retorno sensacional del discurso del amo 12 , ese Otro que propone fiabilidad y certidumbre con tono absoluto.
El fundamentalismo político del Uno que se arma a partir de esa dispersión instaura la defensa, atrae lo ilimitado de los cuerpos sobre sí, acuna tiernamente al mártir, triunfa al moderar las luces del miedo… ¿nos tiene al tenerlo?
El susurro de este Otro que existe coloca hoy a la violencia en los puestos de la feria, hace brillar su estilo con centelleo de agujero ciego, inquieta los cuerpos con su mirada sorda, y nos sugiere un resplandor ubicuo como falso exterior.


1 Lacan, J., “El triunfo de la religión”, Paidós, Buenos Aires, p. 89.
2 Lacan, J., “La agresividad en psicoanálisis”, Escritos 1, Siglo XXI Editores, 1998, p. 95.
3 Ibídem.
4 Miller, J-A. y Laurent, E., “El Otro que no existe y sus comités de ética”, Paidós, Buenos Aires, 2005, pp. 9 y ss.
5 Para tomar contacto con un momento histórico de dicha doctrina, ver el Discurso de A. R. G. Turgot en la Sorbona, “Cuadro filosófico de los progresos sucesivos del espíritu humano”, en 1750:
http://www.ub.edu/histofilosofia/gmayos_old/PDF/TurgotCuadrosFilos%F3ficosProgreso.pdf
6 Miller, J-A. y Laurent, E., “El Otro que no existe y sus comités de ética”, Paidós, Buenos Aires, 2005, p 11.
7 Groys, B., “Volverse público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea”, Caja Negra, Buenos Aires, 2014, pp. 9-36.
8 Laurent, E., “Nuestra tarea es revelar las mentiras de la civilización”, en “El goce sin rostro. Psicoanálisis y política de las identidades”, Tres Haches, Buenos Aires, 2010, p. 14.
9 Lacan, J., “El triunfo de la religión”, Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 94.
10 Lacan, J., El Seminario, Libro 16, “De un Otro al otro”, Paidós, Buenos Aires, 2008, capítulos I y II.
11 Laurent, E., “Nuevas eróticas de lo divino”, en “El goce sin rostro. Psicoanálisis y política de las identidades”, Tres Haches, Buenos Aires, 2010, pp. 112-113.
12 Miller, J-A., “Un esfuerzo de poesía”, Paidós, 2016, pp. 203 y ss.