por María de los Ángeles Córdoba
AP EOL-AMP
Buenos Aires
[…] es al nivel de lalengua donde la interpretación tiene efectos.1
Son los escritores los que bordean para nosotros algo de lo real. Como muy bien lo expresó Lacan, los artistas nos llevan la delantera.
Ellos, algunos más, hacen resonar en su letra otra cosa que el sentido, en el borde del sentido mismo, en la voz como inanidad sonora, en la jaculación como fuera de sentido.
La letra abre otra referencia que la significación y la razón toma el valor de resonancia.
Nos fuerzan a leer de otra manera, no comprender, no suprimir lo opaco, no leer como letra alfabética.
Ahí está el goce del que escribe, incluso del que escribe cuando lee, ya que, como nos enseña Borges, la lectura funda escritura.
Estos usos de la letra que no rechazan el goce -a diferencia de la ciencia- permiten ubicar la función de la letra como litoral entre saber y goce, entre significante y viviente. Esta letra no es significante, no implica la barra de la represión, está hecha de trazos que recuperan goce a partir de ese mismo trazo. Remite a la distancia radical entre el escrito y la palabra; lo que responde a esta división es un cierto modo de satisfacción. Lacan sitúa, por ejemplo, que el sujeto japonés está muy a gusto con esto.
Aquí cobra valor la lalengua-escrita todo junto-, no se trata del sentido a descifrar sino del goce de la palabra que toca el cuerpo en su fuera de sentido.
Siguiendo a Eric Laurent2, podemos ubicar tres estatutos de la letra
1. Letra inconsciente
A nivel del lenguaje y su materialidad significante. Hiancia entre significante y significado que abre a toda la equivocidad en los efectos de significación.
Rompe la oposición inconsciente-consciente ya que la ruptura está a nivel del discurso mismo, no hay metalenguaje
2. Letra litoral
Borde entre significante y goce. El goce se articula con la letra, la lengua no encuentra apoyo en la referencia que siempre está vacía, pero sí en el modo particular de la escritura que viene a recoger las marcas del goce.
3. Letra ilegible
La letra toca la función de lo ilegible en la escritura.
Lacan introduce a Joyce como el que fuerza al lector a dar el paso a lo ilegible.
La relación lectura-escritura se complejiza. Se separa la escritura de la palabra de un modo distinto del de la imprenta, es el modo que Lacan llama apoyo […] este nudo es un apoyo para el pensamiento, pero curiosamente, para obtener algo de él, hay que escribirlo, mientras que, solo con pensarlo, no es fácil representárselo3
Lacan recurre a Joyce, en su texto Finnegans Wake que conduce de la lectura a la perplejidad; allí la relación significante-significado no toma forma de inconsciente. No podrán separar nunca lo que Joyce quería decir de lo que dijo4, revela una opacidad irreductible en la relación del sujeto con lalengua.
En la lectura se hace evidente la imposibilidad de seguirlo por la vía de la significación. Hay que leerlo en voz alta para escuchar otra cosa que el sentido.
Jolas5 hizo hincapié en la importancia de las dimensiones sonoras y musicales de la obra, dice que, quienes han oído a Joyce leer en voz alta su texto, conocieron la inmensa belleza rítmica, exhala un flujo musical que halaga al oído y copia obras de la naturaleza.
Rosenfeld6, en un análisis que hace énfasis en la forma sobre el contenido, anotó que esta escritura no es acerca de algo, sino algo en sí mismo. El estilo, las cualidades esenciales, el movimiento de las palabras, sus secuencias rítmicas y melódicas y el color emocional, son los principales representantes mientras que los significados son secundarios.
Beckett describe y defiende el estilo de Finnegans Wake: Esta escritura que parece tan oscura es la quintaesencia del lenguaje, de la pintura y del gesto, con toda la claridad inevitable de los antiguos balbuceos. Vemos aquí la violenta economía del jeroglífico.7
El texto de Joyce entra de lleno en el sin sentido, produce un efecto de perplejidad, se torna puro enigma, nos reenvía a otra dimensión de la palabra, al sonido, la palabra dicha, ritmo, tiempo, estilo, tono, tiene como referencia la poesía, no la gramática. Incluye el cuerpo de quien lee, implica una satisfacción.
Se nos hace evidente cómo la literatura permite cernir el goce. Lacan la propone como un ejercicio superior, lo mejor que puede pasar en el fin de análisis. Tal como Joyce en el Finnegans Wake, llegar a cernir por el ejercicio de la letra, el goce, aquello que hace agujero en el sistema significante.
¹ LACAN, J. (1974) Conferencia “El fenómeno lacaniano” dictada en Niza el 30 de noviembre.
2 LAURENT, E. (2020) “El nombre y la causa”. Córdoba, Editorial IIPsi.
3 LACAN, J. (1975-1976) El Seminario Libro 23. El Sinthome. Buenos Aires, Editorial Paidós, 2006, p. 145.
4 MILLER, J.-A. (1996) La interpretación al revés. En Entonces: “Sssh”. Minilibros Eolia Barcelona-Buenos Aires.
5 JOLAS, E. (1929) traductor y crítico literario franco-estadounidense. En Ensayos críticos de Finnegans Wake.
6 ROSENFELD, P. (1939) periodista estadounidense, crítico musical. En James Joyce’s Jabberwocky, Saturday Review of Literature.
7 BECKETT, S.: dramaturgo, crítico, novelista y poeta irlandés. En Dante…Bruno. Vico…Joyce.