por Ana Sol Sikic
ACEP – CID Mendoza
Dónde estuve de marzo hasta hoy en términos literales no tiene gran variedad de respuestas, salvo excepciones contadas. Pero en sentido metafórico estuve en todo el mundo, en todas las emociones y hasta en una montaña rusa. Así fue la experiencia de las noches de la BOLM “La carta r(en)obada. De la letra a lo femenino”.
Empezamos a prepararlo un poco tímidamente, no sabíamos para dónde iba la cosa. Algunos psicoanalistas y una doctoranda en letras, que sabía muchísimo de terror, ese ex-género del que no soy muy fan por un motivo sencillo: me da miedo.
¿Qué podía haber llevado a la BOLM a relacionar La Carta Robada, el cuento que, como aprendimos con Inti (la licenciada en letras) correspondía a la tríada racionalista de Poe, con un cuento que tenía el nombre de una canción de Shakira y esto con el fin de análisis, con el falo y con lo femenino? Me parecía una locura. Una locura de Gastón Cottino, Rita Saposnik y Lilian Giubetich.
Y me refiero a la experiencia de la carta r(en)obada porque efectivamente así fue. Dice el diccionario que experiencia es “Conocimiento de algo, o habilidad para ello, que se adquiere al haberlo realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces.” ¹ Voy a desarmar la definición de atrás para adelante para hacerme entender.
Una o más veces: efectivamente fueron dos deliciosas noches, una en julio y otra en septiembre, ambas en la nueva normalidad del zoom.
Haberlo sufrido: un poco con el cuento que nos trajo Inti Bustos “Dónde estás corazón” ² de Enríquez, pero su análisis me lo hizo entretenido y disfrutable.
Haberlo sentido: sin duda en el recorrido de Carlos Rossi y el nombre dado por cada uno de los analizantes a sí mismo como la cicatriz del borde de la letra. O en el recorrido de Gustavo Moreno que dio cuenta de cómo el goce fálico parasita el cuerpo y nos hace idiotas.
Haberlo vivido: estuve ahí en cuerpo y alma, aunque no haya salido de mi casa, habité el despacho de Dupin, la casa del Ministro D y hasta en el escritorio de Lacan.
Haberlo realizado: en mi trabajo que me permitió ver cómo aquel texto de 1955 -que a mis ojos era antiguo hasta en la enseñanza de Lacan- ³ es completamente moderno en la medida en que abre a lo femenino más allá de la biología.
Lo que puedo decir del orden del conocimiento que adquirí, es que, como dice Poe en el invento de la cita apócrifa en el cuento de La Carta Robada Nada para la sabiduría es más odioso que la excesiva agudeza 4. Lo que aprendí yo es que, de una conversación actualizada, en la que dialogaron los significantes de la época actual -tanto para la literatura como para el psicoanálisis- lo que se renovó en mí fue el deseo de seguir jugando la partida, literaria y analítica.
Y también que, como dice una cancioncita de la radio, La noche no es para dormir, así que, a quien quiera mantenerse despierto, le dejo abajo los videos de las dos noches. Los lujos de la nueva normalidad.
¹Oxford Languages disponible en https://languages.oup.com/google-dictionary-es/
² ENRÍQUEZ, M. “¿Dónde estás corazón?” en Los peligros de fumar en la cama, Buenos Aires: Emecé, 2009 pp. 121-136.
³ LACAN, J. “El seminario de la carta robada” en Escritos 1. Buenos Aires. Ed Siglo XXI. Pág. 23-69.
4 POE, E. A. “La carta robada” en Cuentos/1. Madrid. Ed Alianza. 2000. Pág. 281.