Conversación con Alejo Llanes
Músico
Mendoza
Alejo tiene 20 años, y ha aceptado conversar con Intersección. Se dice “alma vieja” por su exquisita sensibilidad que caracteriza su forma de vivir y sentir el mundo contemporáneo y su constante referencia a “viejos artistas”. Alejo cautiva por tener un espíritu exploratorio que, a su decir, lo “lúdico de la infancia trasciende en su modo de ser hoy”, y esta es la forma con la que vive su música, su “pelotero musical”. Nos cuenta sobre su temprano, vívido y decidido deseo de ser músico, artista y el lugar que para él ocupa el arte en la sociedad y su vida.
Forma parte, junto a Valentín Castro, del dúo mendocino que tiene a sus nombres de pila como nombre. Técnicamente hablando, el dúo inició su camino en la senda por la música a los 7 años. A los 10 años conformaron “Kapikúa”. En el 2018 lanzaron su primer disco ‘Peculiares’ donde combinan el indie y el rock. ‘Jaguares’ es el nombre de antepenúltimo single, que, al decir de los críticos del rock, corona un punto de inflexión estético y sonoro de su proyecto. En el 2019 ganaron la Bienal 2019, por lo cual les llegaron invitaciones para actuar en el Festival Sonorama Ribera 2020 de España, Harlem Festival 2019, y Lollapalooza 2020, aunque, claro, el show quedó suspendido por la pandemia de coronavirus.
Actualmente están trabajando con Mario Breuer, el llamado “ingeniero del rock nacional”, que, con sus más de cuatro décadas en la música, fue uno de los protagonistas de los discos de los artistas favoritos del rock nacional. Amigo y coequiper de Sumo, Los Redonditos de Ricota, Andrés Calamaro, Charly García, Mercedes Sosa. Con esta nueva asociación sacaron los nuevos singles “Superstar” y “Para Renacer”.
Alejo, en esta oportunidad, nos permitirá zambullirnos en su “océano”, sus ideas, su mirada de ver y sentir el mundo, el arte. Precisará sobre el lugar de la música en su vida, de una manera muy fresca y sensible, sin de dejar de mostrar una actitud decidida frente a su propio deseo y decisiones.
CONVERSACIÓN CON ALEJO
Intersección: Alejo, ¿cómo es el proceso en el que armás una canción, de dónde sale el material, la letra, la escritura de la música, en que te inspirás?
Alejo: Las letras en general las hago yo, Valen últimamente está más metido en el proceso. Pero las columnas vertebrales de la poética las hago yo. Las combinaciones para hacer una canción entre “Alejo y Valentín” son múltiples. Hay veces que yo hago la música o él hace la música, y yo pongo la letra. Bueno miles de formas, últimamente la que hemos optado mucho, en las últimas semanas, ha sido hacer ADN de canciones, que es empezar desde cero algo, muchas cosas en un lapso corto de tiempo y después hacer como un pantallazo creativo, después ver qué hay. Últimamente me siento muy identificado con la idea de que hay un plano, o sea nosotros estamos en el centro y hay un plano abajo y arriba en donde es como un océano donde están las ideas. Y uno, en este caso yo, como todos y todas, tengo una antena. Mis letras son las ideas que esa antena baja o sube depende de dónde, si están abajo las sube y si están arriba las baja. Eso, en algún punto, también pone en cuestión todo el tema del derecho de autor, todo eso, lo que es tuyo, lo que no es tuyo, si ya está flotando, o si no está flotando. Obviamente voy a cobrar SADAIC por esas canciones por haberlas hecho, pero igual no siento como una cosa de decir wow “soy un capo” o un virtuoso, mirá la letra que acabo de hacer.
I: ¿Entonces que podés contarnos de tu océano?
A: Últimamente, lo que a mí me inspira es escribir sobre ese océano, sobre ese plano de las ideas, ¿entendés? Campo unificado, se le puede llamar. Entonces, últimamente mis canciones se han estado escribiendo sobre ese mismo “océano”, sobre esas mismas profundidades donde están las ideas como pececitos. Estoy escribiendo de mis propias ideas. Pero digamos, en general lo que necesito para arrancar una canción es un disparador, una frase disparadora. Cuando la frase disparadora de la canción está buena, se pone todo más fácil. He escrito sobre sueños, he escrito sobre libros cuando era más chico, ahora hace mucho que no leo…., las películas también me inspiran o simplemente una imagen que la hago frase y eso también me sirve como punto de partida. Me cuesta mucho cómo decirte algo concreto, porque siento que últimamente lo que estoy escribiendo está como en una zona un poco más abstracta. No soy el flaco Spinetta, claramente, pasa que las últimas canciones que estamos haciendo ahora, las del próximo disco, todavía no salen…. entonces todavía no se han escuchado. Las primeras canciones, que son del álbum Peculiares, que yo hice cuando era más chico, 16, 17 y 18 años…. hasta para atrás, me encantan esas canciones, esas letras, porque son primarias. Hay cierta ingenuidad, cierta infancia en todo ese disco, pero está bien, porque es lo que representó ese momento y en ese momento casualmente, bueno, hay muchas más letras vinculadas a libros, por ejemplo, “El túnel” de Sábato o algunas cosas de Cortázar -qué se yo- y ahora como que estoy más en un momento de bucear, de una zambullida propia.
I: Bien. Ahí iba una pregunta que nos hacíamos en Intersección. Nos preguntábamos sobre la mutación que hace una persona, una banda, de “Peculiares” a “Jaguares”. Podrías explayarte en esto que decís de “salir del formato”, qué nos pueden decir sobre el proceso de creación hoy, y si es posible localizar diferencias entre lo que fue en tu infancia y lo que estás haciendo ahora. Vos decías esto, ¿no? Al principio las letras eran más ingenuas, primarias, ¿no?
A: Hay algo muy lindo en las primeras canciones: es que uno las hace cuando sos más chico sin tener tanta información o teoría musical, inclusive sin estar tan influenciado por la época. Siento que la infancia tiene eso. De que son mundos muy particulares el de cada niño. Entonces están buenas esas primeras canciones (las de Peculiares) porque están muy desprejuiciadas de lo correcto, se toman decisiones diferentes en torno a lo musical. Te doy un ejemplo para hacértelo un poquito más gráfico: en la guitarra, cuando hacés una canción, hay armonías, entonces hay una serie de patrones de acordes que si vos los hacés van a quedar bien siempre. Cuando escribía a los 9 años, yo no sabía un carajo de armonía. Entonces metía cualquier acorde en cualquier lado y eso lo hacía peculiar también, porque es bastante irrespetuoso armónicamente por momentos, y eso es a causa de que yo no tenía esa información, porque después cuando vos te nutrís de la información armónica de la música, después te condiciona a la hora de componer; entonces, ahora no es que estamos más respetuosos, pero tomamos decisiones diferentes. Yo creo que el disco Peculiares es como un mood, todo el disco es un mood. El disco va ahí, estable. Ahora no, estamos justamente como más afilados, como más picantes, queremos estar entretenidos con la música que hacemos y nos gusta que sea bien “filosa”.
I: ¿Qué es lo que cambia?
A: En algún punto sigue siendo igual, quizás el resultado es un poco diferente o yo lo siento diferente porque yo estoy en otro lado. Pero la sensación de escribir la tengo desde que soy muy chico, la conozco y no me sale siempre. Charly García dice que la obra uno la hace cuando es niño, cuando es adolescente. Que los primeros discos uno se copia y hay un poco de eso porque Peculiares resume bien un sentimiento muy primario. No es que estoy hablando de otras cosas ahora, es como que sigo hablando del amor y de la libertad, simplemente que es que estoy parado en otro lugar, que ahora tengo 20 y pasé por otros lugares.
I: ¿En qué sentido decís que ahora aspirás que tu música sea “filosa”?
A: Que te deje medio knock out, pero también porque nos está saliendo así naturalmente como que nuestro unplugged ha sido tocar más fuerte y gritar más, como ir más arriba nos dieron ganas de eso como de rockearla un poco más, por ahí viene por el segundo disco.
I: ¿Y esto de estar más respetuoso de los acordes?
A: Por lo que hemos aprendido. Ahora tratamos de desarmarnos a nosotros mismos, nuestro propio conocimiento pasa que antes era muy natural, ahora es como que hay que decir: esto es demasiado respetuoso, vamos por otro lado. No teníamos ese razonamiento porque no teníamos el conocimiento.
I: Ahora lo tenés.
A: Ahora lo tenemos
I: ¿De dónde lo sacaron?
A: De tomar clases, sobre todo eso; un día dije: tengo que aprender armonía para poder tocar el piano y no me restó saber armonía, al contrario, me hizo hacer muchas más canciones. Simplemente que ahora hay un conocimiento que a veces limita en la creatividad, entonces simplemente estar atento.
I: Bueno, pero vos sos muy distinto, por ejemplo, en relación al amor, a la libertad, etc.
A: Digamos hay un amor romántico en Peculiares; en este disco nuevo, seguro que lo hay porque soy romántico, pero no tanto porque tampoco (te miento igual, porque sí hay amor romántico), solo que no me siento tan inspirado en esa área en esta época, porque no estoy enamorado. Igual… siento que hay algo que está bueno sobre las canciones de amor, son como impulsos. En general, mis canciones de amor las hago cuando estoy que me salgo del cuerpo, o sea me levanté o el día anterior vi a alguien o algo así y me levanté con la cabeza a mil revoluciones, ahí me puedo sentar y bajar algo. Un impulso, una corazonada a full, escribir lo siento en el cuerpo, está el tractor carburando, te sentís, a veces sale o no sale. Me gusta escribir así también, como que no me sale tanto sentarme a escribir. También la belleza tarda, es así, te tenés que sentar 5 horas para que te salga una, te sale esa y destrabás, es un proceso de acción y reacción.
I: Pero vos decís que escribís mejor cuando te levantás con algo en el cuerpo.
A: Sí, cuando el cuerpito te está diciendo que hay que correr, que también está bueno. Es una sensación de salir a correr poéticamente.
I: ¿Cómo sería eso?
A: […] Claro, es la primera vez también que hablo tan profundo esto, por eso me cuesta. Pero tal cual, pocas veces me ha pasado, no tantas veces.
I: ¿Surge como un impulso?
A: Es como te decía antes, una idea, un primer impulso, la primera frase, es construcción y desconstrucción durante un rato largo y es difícil, bastante difícil hacer algo, ponele hacer una estrofa (yo lo hago bastante) y dejarla y después retomarla a los días cuando volvés te cuesta, para seguir eso que habías hecho, pero como lo hago mucho a eso de escribir un pedazo y dejar, tengo mucho adentro del cajón; entonces, cuando estoy trabado, voy al cajón y a veces el cajón me tira la llave y destrabo las canciones. Muchas veces, de dos o tres canciones diferentes hago una sola. Hay canciones que se hacen en un día y son hermosas porque tienen esa esencia plena de que se escribió en un solo día, esa sensación es hermosa, a esas canciones las querés mucho y después están las canciones que las vas armando con el tiempo y que te van ayudando las canciones viejas que tenés guardadas o ponele otro cajón (ese es uno de los cajones) otro cajón que tengo es mi grupo de WhatsApp que tengo conmigo mismo, en donde anoto frases, cositas, entonces, en el momento que tengo una música y estamos observados con Vale y tenemos que meter algo rápido con la voz, algo encontramos.
Hubo un momento en mi infancia -quizá te puede interesar- que destrabaron la puerta. Fue como cuando escuchas los Beatles. Me acuerdo la sensación: 8 años tenía, me acuerdo el día todo en Navidad, la sensación de escuchar la voz de Paul McCartney por primera vez, yo soy del team Lennon, pero a Paul lo amo y la sensación de escuchar Let it be (primera canción de los Beatles que escuché) me emociona, me sigue emocionando mucho. Una canción que hice -no sé si te comenté- se llama “La melancolía de ser niño”; esa fue una de mis primeras canciones y la “Canción para un peón”, también ahí de la misma edad 10-11, que no condicen con la edad que tenía ni en pedo, creo que llegué a un nivel de profundidad en el campo de las ideas que te digo que no sé de dónde salió. No tiene nada que ver con un niño de 10-11, ¡bah! sí tiene que ver en mí, me cambió la vida, pero no sé, no es muy común y son canciones muy profundas en esas circunstancias y decís qué onda este niño que solo ha escuchado a los Beatles.
I: ¿Qué es “Canción para un peón”? ¿Qué dice?
A: Te digo la letra, es bastante larga, encima re spinettosa, como te decía al principio no estar limitado por ningún tipo de estructura ni armónica ni poética, no hay ningún tipo de cálculo en esa canción eso es lo “valorable”, es simplemente un niño que ni siquiera está dimensionando la gravedad de lo que está escribiendo. En ese entonces escribí: “Existía un país con una idea muy vil, encerrar a todos en un cuerpo y rezarle un padre nuestro, existió un peón, lo llamaban peón, un día se rebeló o algo así y lo liquidaron y con aires del sur el mar lo levantó, le heredó su potencia y olor y así esto comenzó”. Esa parte es como de guitarra acústica y es como una marchita, después de toda esa intro es como que entra la banda re fuerte y el chabón empieza a gritar y ahí la letra dice: “entonces él se plantó (el peón) ante el mismísimo imperio, impasivamente lo miró y le dice no me arrodillaré a tus callos”, el imperio respondió: “quedarás sordo, mudo, ciego y sin amor, vuelve a mí y saldrás ileso” y el tema cierra. Ahora que te cuento pienso, me acabo de acordar, de algo que yo no tenía presente, que era que cuando era chico jugaba mucho al ajedrez, me acabo de acordar, hacía mucho que no pensaba en eso. Con mi abuelo jugaba que era un peón hasta las manos, qué loco eso que me acabo de acordar, qué bueno, el tema cierra muy triste, muy abajo con una voz quebradita, un solo de guitarra, el peón hablándole al imperio: “déjame despedirme de mi libertad, usted ha vencido al mar”. Evidentemente cuando era chico, era un chico nostálgico.
I: Entonces es ahí, hay algo de tu estilo…
A: Soy bastante nostálgico, siento que ahí hay algo mío…, a ver yo, cuando nació mi hermano a los 4, me vestí de Batman un año entero, lloraba cuando me lo sacaban y lo tenían que meter al lavarropas, Alejo, ¿qué onda? No, soy Batman, yo decía… Después eso mutó en la música y en esta cosa tan profunda, tan triste en algún punto, no en un mal sentido. Siento que cuando he crecido eso sí quizá lo he empezado a limitar un poquito, hasta dónde puede llegar mi tristeza, mi nostalgia. Mis canciones, inevitablemente, siguen siendo nostálgicas, simplemente que ahora quiero hacer hits.
I: ¿Querés ser star?
A: Lo de superstar igual, ¿escuchaste esa canción? Tiene algo de ser la súper estrella, pero en realidad el personaje de la canción es un personaje medio dual, tiene una rama donde no sabes si el chabón es David Bowie, y otra rama, eso creo que se nota mejor en el video en donde el chabón es un mendigo, un homeless y todo a la vez. Eso es el superstar, el personaje, el cuento y después en mí, lo superstar, tiene lo súper estrella, pero no es lo importante, en realidad está vinculado más a la magia, a lo que te digo de las ideas que están abajo o están arriba, están a las alturas o están en las profundidades; ser superstar es poder estar conectado, por eso, en el video el chabón vuela, o levita, medita y levita.
I: Me contabas sobre los inicios en relación al Colegio, cuando hablamos por teléfono… decías que fue importante porque hicieron muchas cosas ahí, ¿cuál es esta referencia? Y qué lugar tuvo en la banda de música en esa época.
A: Sí, porque en la secundaria fuimos al CUC (Colegio Universitario Central), y mirá, para que me entiendas, el nivel de amor y complicidad que tengo con ese colegio (Alejo me muestra en su historia de Instagram del día un video tocando en una fiesta del CUC).
A: El CUC como experiencia es un mundo aparte, es increíble y ahí tuvimos, ahí empezó Alejo y Valentín, ahí empezó como proyecto y salieron las primeras canciones. Las tocábamos todos los años en los eventos del colegio, antes de que saliera el disco. Y un día salió el disco y los pibes ya se sabían las canciones en el cole. Entonces simplemente las escuchaban.
I: ¿O sea que ellos fueron tu primer público?
A: Tampoco tanto porque ya habíamos tenido. Fue nuestro primer público fijo porque tocamos todos los años, 2 o 3 veces al año y el resultado es ese. Es magia, y bueno, eso en el cole, estuvimos 5 años torturando con esas canciones hasta que un día salió el disco y ya se las sabían, entonces después, cuando las tocábamos, las cantaba todo el colegio. Pero es un colegio especial, que le da participación al alumnado de diferentes formas.
I: ¿Qué lugar tuvo la banda de música en esa época en vos?
A: La banda siempre fue lo más importante -siempre lo ha sido- pero, a ver, desde que soy chico, la música ocupa un lugar único en mí. Como la primera banda que tuve en la primaria, nosotros ensayábamos los sábados a las 10 de la mañana, imaginate los nenes se levantaban los sábados e iban a ensayar y esa era la actividad del sábado.
I: ¿Qué lugar la música?
A: No, no, es mi vida… ¡qué fuerte decirlo así! (risas) Pero es mi identidad o sea es como mi jardín, mi patio y es muy lindo seguir yendo al mismo pelotero y que siga siendo divertido, ¿me entendés? Al pelotero musical, como que yo siento seguimos manteniendo, pasa que, bueno, vamos a vivir de esto, pero seguimos manteniendo el mismo sentimiento de la niñez que es ir a jugar, play music y es tal cual, es un juego, es el mejor trabajo del mundo.
I: Has decidido que va a ser tu trabajo.
A: Sí, sin duda, no quiero otra cosa.
I: ¿Vas a estudiar?
A: No…, sí, pero no. O sea, es muy independiente mi estudio, pero no diría que no estudio, pero yo me estoy formando para ser artista y no hay ninguna carrera que me enseñe a ser artista. Solo estoy tratando de aprender, de explotar mejor mi creatividad.
I: ¿Y cómo haces eso?
A: Medito, veo cine, escucho música. Estoy retomando la lectura, que para mucha gente eso puede parecer perder el tiempo, pero como yo tengo mucha confianza en las canciones, porque me salen desde lo más profundo también, tan profundo que ni siquiera tuvimos media hora tratando de explicarte de dónde salen o de qué hablan, confianza ciega, siento que esa es mi forma de estudiar, no es vagancia, te lo juro.
I: Te estas formando para ser artista.
A: Sí, me gusta, bueno este año hicimos un guión, el guión del último video, bueno lo hicimos nosotros. Dura 8 minutos el video es toda una experiencia con Valen.
I: ¿Escribieron el guión ustedes? ¡qué bien!
A: Sí, fue salir de la zona de confort y zambullirse en una re turbia, y estuvimos un largo rato, también estuvo mi hermano que fue el director del video. Los últimos temas los produjimos nosotros, no hay cosa más que “Alejo y Valentín”. Aparte de las canciones, mezcladas por Mario Breuer, también estuvimos muy encima de los videos todo el tiempo, en cada decisión. Nosotros dos fuimos los que limpiamos esa capilla, la encontramos nosotros, fuimos, y tenía 3 metros de tierra más o menos, 7-8 horas barriéndola. No es lo que hace el artista, pero -o sea en general hay un equipo o una estructura que va y limpia la capilla- pero no hay. Y no vamos a dejar de hacerlo, porque sabemos que está muy buena esa idea. Como dice mi amigo David Lynch, cuando hay una idea muy buena seguila amigo, últimamente es mi gurú.
I: ¿En relación a eso nombrabas a Mario Breuer? y en esto de lo intergeneracional, ¿cómo se da ese trabajo? Y ¿qué visión tenés del mundo de los adultos, por ejemplo, en relación a la enseñanza formal?
A: Bueno, vamos de a puntos, porque son dos globazos. No tengo una imagen formada de los adultos hoy porque conozco diversidad, pero cuando fui al cole conecté con algunos profesores. Y eso dependía de que tuvieran algo. Es como que se nota cuando el profesor tiene el don porque lo siente, porque le gusta, porque es su pasión. Pasión tiene que tener por lo que hace y de transmitir conocimiento. Porque yo puedo sentar a un ingeniero que no le importa la música y tener un mano a mano. Si él está apasionado con su laburo y me lo cuenta, me va a interesar la charla y si yo estoy interesado y muy comprometido con lo mío, si se lo sé transmitir a él también, le va a interesar lo que le pueda contar. Hay veces que del alumnado no hay una ida y vuelta, también pasa que tenés al profe enfrente y no te está transmitiendo algo.
I: Entonces, ubicás que tiene que estar del lado del que está enfrente o recibe y no de uno solo.
A: Es de a dos, el profesor tiene la tarea en este caso de poder generar ese estímulo porque si no no arranca. He tenido profesores de materias random, que no tienen nada que ver conmigo, que me han generado decir: ni siquiera tenemos “Educación tecnológica”, viene el Profe, nos va a hablar y está bueno cómo comunica y lo que nos transmite.
I: Pero vos localizás algo en relación a la pasión ahí.
A: Al deseo de una persona que se pone enfrente de un público, pero eso no de un profesor, hablo de todo. No quiero hablar en términos de talento. Hay diversas formas de llegarles; si no llegás por talentos, podés llegar por empujes, por corazón, hay diferentes formas. A mí siempre me interesaron las ciencias sociales. Si no fuera músico, seguramente estudiaría historia, algo así y me encantaba filosofía, psicología; esas clases las disfrutaba. Bueno “Alejo y Valentín” siempre han tenido como padrinos musicales en general, pero digo siempre nos hemos sentido apadrinados por gente más grande. Ese lugar lo está ocupando Mario porque nos ama y lo amamos, corta. Viste cuando se da, como hacemos música desde que somos muy chicos se ha dado que como le pasó a Fito que lo apadrinó Charly, Spinetta, Litto Nebbia. Mario es increíble, a veces además de enseñarnos y pasarnos música y tratarnos muy bien, de ser súper generoso y ser fan porque también existe una admiración mutua, o sea eso está “manso”, por ahí nos cuenta anécdotas, entonces estamos hablando y de la nada tira “ah sí, una vez Charly” y es como que “ay chabón las viviste, estuviste ahí y sos parte de todos los discos que nos marcaron”, gracias a vos, es muy loco su rol porque es un rol muy en las sombras, pero él es clave. La persona que mezcla los discos, hace el diseño sonoro de los discos, hace que suenen como suenan, que los escuchés como los escuchás. Ese arreglo de teclado que aparece por acá y te vuelve loco cada vez que lo escuchás lo puso él, ahí en ese lugar; entonces, estar grabando con él es una gratitud total, una experiencia súper grande, pero él es un “alma joven” entonces no tenemos cruces.
I: ¿Por qué decís alma joven?
A: Porque es como un niño, porque estamos jugando y no hay nada más lindo que jugar ajedrez con tu abuelo.
I: ¿Vos querés agregar algo más?
A: Sí… en relación a unos pasadizos re mágicos que encontré escuchando a Spinetta, Fito, Charly, Beatles. Yo no tengo ningún tipo de prurito a la hora de decir: esos viejos marcaron la historia y me marcaron. No tengo pelos en la lengua para decirlo, viste que está esa cosa juvenil a veces de renegar, no, no, a mí me conmueven todo el tiempo una y otra vez -y no es que no me guste lo nuevo, lo escucho un montón y me encanta-, pero vuelvo ahí todo el tiempo como fuente de emotividad y sensibilización. Hay músicos que, su sueños o su búsqueda, su objetivo tiene más que ver con trending topic, con los número uno -y está bien, me parece bien que lo hagan, que les guste eso- me encanta Coldplay soy fan del disco 1, 2 y 3 un poco, los amo. Me marcan, sin embargo, disco 4, 5, 6, 7 son casi pseudomúsica de publicidad, pero no entendí y aprendí. Antes renegaba, me di cuenta de que no soy quién para decir eso. A Chris Martin le habrá empezado a vibrar por otro lado, habrá tenido otros deseos, quería hacer el show, su sueño en ese momento debe haber sido hacer el show más grande del mundo y lo hizo, porque Coldplay tiene el show más grande del mundo con canciones que no me gustan, pero que lo tienen, lo tienen. Es un espectáculo increíble, entonces -digo- respeto el deseo. Punto. El deseo de ese chabón fue empezar a hacer música para comerciales y vender mucho, ok, no tengo por qué pelearme con eso porque es lo que quería esa persona y lo logró. Valoro mucho mi búsqueda de vida artística, no solo musical sino del arte. Hacer de la vida una obra de arte, como hicieron esos chabones, eso es mi sueño, qué sé yo. Valoro toda la música que hay, toda persona que figuró en su propia música y se animó a sacarla lo valoro.
I: Vos decís que tu búsqueda es más allá de eso.
A: Digamos que ahora existen esas “triquiñuelas” de si quiero vivir de la música; pero tampoco soy boludo, el objetivo, así como real del mundo estrecho y apretado en el mundo en que vivimos. Sí, quiero generar una economía de mi música, que eso ande y poder estar tranquilo con eso, pero porque, para hacer buen arte, necesitás tiempo y para hacer tiempo necesitás estar tranquilo, y comer, tomar agua, tener un departamento. Entonces, en realidad, en ese sentido, me puedo no conformar, sino satisfacer un poco, llegar a los objetivos básicos de la convivencia de una persona adulta y poder tener el tiempo de no hacer nada.
Te cierro con esto respecto a lo que te decía. Mis últimas canciones hablan de las mismísimas profundidades o alturas en donde se encuentran las ideas, mi experiencia con el psicoanálisis es como que me ha ayudado a ir profundo, siento que el campo del psicoanálisis está en la misma zona o zona parecida al campo de las ideas de donde uno capta, porque cuando te metés en lo profundo empezás a ver otras cosas.
I: ¿Qué nos podés decir de tu perspectiva en relación a tu generación?
A: Sí, siento que esta generación, vamos desde antes… me parece que tu generación y gente más de tu edad, al nacer en la época que nació, hicieron ya un click clave de poner ciertos límites en algunos lugares. Los “Nunca más” donde tienen que ir, que han permitido una evolución en esta generación. Estoy como súper feliz de pertenecer a la generación que pertenezco, porque siento que está bastante más liberada de prejuicios, de juzgar al otro, sobre todo, es como “qué te importa a vos el otro” ¿por qué lo discriminás? Y eso se ha vivido mucho hasta hace poco tiempo y siento que ahora está en proceso de extinción esa forma tan vieja de pensar, porque en algún momento nosotros vamos a ser los viejos y eso puede ser muy bueno. Ojalá que ya para ese momento, todos seamos vegetarianos.
Por ejemplo, en relación a la música, entre los músicos y las músicas, como que creo que nos hemos dado cuenta de que la forma de crecer es entre todos. No es el individualismo. Este nos llevó al precipicio de la extinción, estamos en el borde. Estoy yendo más allá, pero estamos muy cerca, estamos destruyendo al mundo y la realidad es que el mundo nos va a destruir a nosotros antes, si seguimos tratándolo como lo tratamos. Entonces, la destrucción del mundo ha sido siempre comandada por una forma de actuar muy individualista. Es momento de timonear, decir no, y eso se traslada a un montón de lugares. Y ahora también está en el área de la música, pero es mucho más amplio, para salvar el mundo nos tenemos que salvar con las especies del mundo y dejar de matarlas -por ejemplo- y dejar de matarnos a nosotros mismos, también, como punto de partida. Y bueno, en el área de la música, si es como individualistamente van a llegar dos o tres y si pegás el ojo la escena musical está hecha un volcán, son muchos y muchas los artistas porque hay una red. Doy fe, porque ahora nosotros estamos entrando al mundo Buenos Aires, acá en Mendoza hay una red gigante.
I: ¿Son parte de ese movimiento ustedes?
A: Muchas veces he hablado de movimientos, pero siento que es simplemente una forma de actuar, luego inclusive más básico. Es una cuestión de simplemente saber, de que todos sabemos que el otro está y no te querés pelear con el otro, al contrario, querés pasar tiempo y ver en cuál anda, porque seguramente está en un género totalmente diferente. No es un género, en “una” totalmente diferente a la tuya. Yo veo Gauchito club y me encanta, hace música totalmente diferente a la mía, me gusta encontrármelos y decir: “loco, me encanta su música”, así como un montón de bandas – porque hay un montón-, ahora que estamos entrando al mundillo de Buenos Aires re tweet allá.
I: ¿Re tweet?
A: Es como compartir, nos están recibiendo súper bien un montón de gente a los que ya les va bien allá. Tienen esa generosidad para los pibes que están llegando, que todavía no tienen un público grande. No tienen una estructura, eso es hermoso, porque ahora el miércoles nos vamos a Buenos Aires y estoy re manija, porque voy a conocer a un montón de colegas que quiero conocer y me quieren conocer, sin la necesidad de estar en una posición en cuanto a la masividad, en cuanto a la fama, al dinero. Es importante el arte, y a veces es importante la actitud del arte, ni siquiera el resultado, y eso es hermoso: la decisión artística de hacer arte.
I: ¿Cuál es la actitud del arte?
A: Es la convicción de tomarlo como una forma de vida.
I: Para vos, ¿qué le aporta el arte a la época, a la sociedad? ¿Qué es la actitud arte?
A: A mí me parece que en este momento está expresando muy bien la forma de esta generación que está tomando la posta, la de compartir, la de no juzgar, la de que el trapero es amigo del que hace hop, que hace cumbia y a eso voy: a que también los géneros no existen o que se están disolviendo, el trapero absorbe de la persona que está más vinculada al área del rock, el que está haciendo rock absorbe el trap.
I: Hay unos traperos que hacen tango ahora.
A: Sí, me encanta.
I: Bueno, entonces sería en un punto en que el arte interpela lo social, en esto que transmite a la sociedad que el individualismo no nos lleva a ningún buen puerto, da elección de eso.
A: …Y los pibes más chicos. Yo tengo un hermano de 16 años que tiene unas datas, “desprejuiciados son los que vendrán y los que están ya no me importan más”. Charly es un fucking genio, lo dijo en los 80’, desprejuiciados son los que vendrán y ¡acá estamos!