EL DISPARATAR, UN VACÍO FUERA DE SENTIDO

por Mirta Berkoff
AME EOL-AMP
Responsable en Argentina de la Nueva Red Cereda
Buenos Aires

Hemos notado que la jerga del niño pequeño no se presta a la comunicación, sin embargo, la entonación y los ritmos del laleo difieren según la lengua del entorno. Eso prueba que el infans ya está preso de un lazo al Otro de entrada. A esa jerga sinsentido Lacan la llamó lalangue.
Cada uno de nosotros tiene una lengua privada que no circula por los surcos trazados por el sentido común. Bajo el lenguaje normalizado, las significaciones investidas imantan un bricolage particular, una suma de equívocos, esa es la lengua que llamamos materna. Lo pensamos como un bricolage porque no es un conjunto armónico, en su uso hay un vacío, un fuera de sentido que rompe con el uso común del lenguaje.

El niño, al no estar tomado totalmente en el discurso, se encuentra aún a distancia de ese uso común y puede jugar más libremente con los sonidos y sinsentidos de la lengua, puede gozar de la materialidad del significante. En el júbilo de disparatar ubica su goce fuera de la captación del lenguaje de los adultos.

Eric Laurent, en su texto: “La erosión de sentido y la producción de vacío”1, relata que su hija le decía jugando: Entonces haz como yo, bim bam, indicando los dedos de una mano; él lo repetía, pero ella le decía que no estaba bien y continuaba diciéndole que hiciera como ella. Lo repitió 10 veces, pero nunca estaba bien, porque en la repetición no hacía preceder a los movimientos la frase: entonces haz como yo.

Allí Laurent muestra que si uno toma la frase en el nivel del sentido, para hacerlo bien no habría necesidad de repetirla. Pero si se la toma fuera de sentido, hay necesidad de hacerlo. En esa frase se introduce un vacío…


¹ LAURENT, E. “La erosión de sentido y la producción de vacío” en Revista Enlaces 11.