Del Jano del Witz freudiano a la clínica lacaniana y retorno

por Roberto Gómez Rodríguez
Participante del Instituto del Campo Freudiano
Barcelona, España

Gracias a Freud, es que sabemos los efectos de la época victoriana y sus avatares en las subjetividades. Y justamente es a partir de tales efectos, que Freud se aventura en el descubrimiento del Inconsciente, ubicando como formaciones de tal instancia al sueño, los actos fallidos, el Witz y el síntoma.

En su texto sobre el chiste y su relación con lo inconsciente, Freud realiza un exhaustivo y preciso desarrollo acerca del Witz. Es allí donde nos habla de dos fuentes de placer, que nombra como “Jano del chiste”, haciendo referencia a la cabeza con dos caras que miran en direcciones opuestas. Las cuales remiten a un contrapunto, el Alfa y el Omega.

Freud dirá a propósito: […] el chiste muestra al oyente un rostro doble, lo constriñe a dos concepciones diversas. En los chistes disparatados, […] una de esas concepciones, la que sólo toma en cuenta el texto, dice que es un disparate; la otra, que siguiendo las indicaciones desanda en el oyente el camino a través de lo inconsciente, le haya un notable sentido.1

Por un lado, Freud sitúa la cara del juego de los significantes, donde podemos ubicar las rimas, la homofonía, lo sonoro, el lugar del signo, del efecto de goce, lo inocente si se quiere, y donde se puede localizar lo que Lacan llamó hacia el final de su enseñanza como lalengua, y que Freud nombró de cierta manera como el viejo placer, previo a la castración que opera lo simbólico.

En la otra cara, encontramos la satisfacción de la pulsión, el lugar del sentido tendencioso, lugar de la significación y del inconsciente estructurado como un lenguaje, del efecto de sentido.

Lacan se sirve, en su Seminario 5, del desarrollo de la técnica del Witz por Freud, haciendo hincapié en esa otra cara del Witz, a los fines de demostrar su tesis del Inconsciente estructurado como un lenguaje, y si bien dicha fijeza hace que tome a la ligera la primera vertiente de placer expuesta por Freud en la cabeza de Jano, algo comienza a hacerle signo y despliega una pizca de eso que aún no sabe que sabe y que retomará con fuerza sobre su última enseñanza. Es allí que Lacan dice: El chiste llama la atención de entrada por el sinsentido, nos deja pendientes y luego nos recompensa con la aparición en este mismo sinsentido de no sé qué sentido secreto, siempre tan difícil de definir […] el camino del sentido lo abre el sinsentido que en ese instante nos deja estupefactos, pasmados.2

Si bien, de buenas a primeras, es posible verse tentado a identificar al goce con la primera cara, pero como bien dice Freud, son dos fuentes de placer, una cabeza con dos rostros. Y, como sabemos, el goce está en todas partes, encontramos el goce opaco y el del blabla en una cara, y el goce sentido o sentido gozado en la otra.

Si bien Freud, en dicho texto, expresa de manera detallada y precisa la articulación entre ambos rostros, me resulta muy esclarecedor cómo Jacques-Alain Miller lo transmite en su curso “La fuga del sentido”: En cierto modo, el placer del puro juego de los significantes es lo que nos da acceso al placer de la pulsión. Pero, en otro sentido, el chiste que les provee sentido es para hacer pasar el sinsentido del antiguo placer. Es lo que Freud llama esta figura de Jano del chiste. Si lo miramos de un lado, está pleno de sentido. Pero si lo miramos de otro lado, es lo que los hace pasar discretamente el antiguo placer. Hay, entonces, lo que yo llamaba una dialéctica en que el antiguo placer hace pasar la pulsión, y donde, en cierto modo, el placer de la pulsión hace pasar discretamente lo que hay de especialmente gozoso en el antiguo placer del significante.3

Es de mi interés poder transmitir aquí, es mi delirio, que es importante leer de manera análoga la enseñanza de Lacan. Con esto me refiero a que se tiende a separar la clínica del significante y la del goce, en vez de tomarlas como un bloque inseparable, como una cabeza de Jano. Desde la perspectiva del inconsciente estructurado como un lenguaje, al inconsciente de La-una-equivocación que cifra, y que se estructura de tal manera, pero para estar al servicio y a los fines del goce. No es menor que Lacan propusiera, sobre el final de su enseñanza, la estructura del Witz como el lugar de la interpretación y la puerta de salida hacia el final del análisis. Lo que entiendo como el Alfa y el Omega de la clínica lacaniana.


¹  FREUD, S. Obras completas, Tomo 8. Amorrortu ed., Buenos Aires. Año 1997. Pág. 203.
2
LACAN, J. El Seminario 5, Las formaciones del inconsciente. Ed. Paidós. Buenos Aires. Año 1998. Pág. 89.
3
 MILLER J-A. La fuga del sentido. Ed. Paidós. Buenos Aires. Año 2012. Pág. 323.