CUANDO LA CONTINGENCIA NOS CONVOCA A “MUTAR”. ACERCA DE LA EXPERIENCIA EN LAS JORNADAS REGIONALES DEL NUEVO CUYO 2020.

por María Sofía Piqueras
Delegación La Rioja

Mendoza era el destino donde las Jornadas Regionales IOM2 del Nuevo Cuyo 2020 iban a realizarse este año. Pero el año nos sorprendió: un imprevisible, un virus que nos convocó a pensar las jornadas de otra manera, nos convocó a… “Mutar”. A buscar otro estado, otra forma, otro lugar.

Causados y movidos por el deseo por el psicoanálisis, debíamos apelar a la invención en esta contingencia. Buscar aquel modo que permitiera, a partir del deseo que nos convocaba, poder desarrollar las jornadas, encontrarnos, compartir, enriquecernos, y sobre todo lo más ansiado al final, festejar.

En este contexto, y siendo nueva en el IOM2 Delegación La Rioja, fui convocada por Laura Seppi para integrar la comisión organizadora. Un desafío que me convocaba, sin antes haber participado de una Jornada Regional. Dicha comisión estuvo conformada por: Pía Fracchia, Jorge Rodríguez, Leonardo Rodríguez, Deborah Trovarelli, Florencia Quiroga, Andrés Romero, Agustín Sebastián, Fernando Mó, Nicolás Katzer, Carina Magallán, Hilen Páez Flores, Laura Seppi, Virginia Coronel y yo.

Me sumaron al grupo de WhatsApp, y empezaron las reuniones nocturnas por zoom. Encuentros entre cenas, caras de cansancio, hijos que asomaban saludando. Debíamos definir y organizar. Flyers, invitaciones, organización por comisiones y miembros de las mismas, título de las jornadas, plazos, programa, entre otros. Circulaban las ideas, propuestas, debates, invenciones que permitieran poder desarrollar las jornadas, esta vez de manera virtual.

Mi modo de estar, de participar, también fue mutando. Primero mi actitud de escucha, y de a poco animándome a hablar, aportar y realizar propuestas.

Pensar en el nombre de las Jornadas, fue una primera y gran instancia de debate y participación, que nos llevó democráticamente a elegir y decidir que “Mutaciones” sería el título de nuestras Jornadas. Aquel significante que convocaría a la escritura y al trabajo, con espacios de conversación orientados por los ejes temáticos: del padre, del trauma en la civilización, de las políticas del goce-política del síntoma, de la vergüenza, del objeto y el lugar de la interpretación.

Luego llegó el momento de la difusión, las invitaciones y las inscripciones. Un trabajo impecable de coordinación entre las diferentes comisiones y delegaciones, llevó a que, al llegar aquellos ansiados días, 23 y 24 de octubre del 2020, podamos disfrutar del encuentro.

Un encuentro virtual que permitió el despliegue e intercambio de saberes, interrogantes, comentarios y debates. Una apertura y cierre impecables, minutos de receso entre espacios que nos permitió disfrutar de intervenciones artísticas, acompañadas de comentarios y preguntas. Un encuentro, una experiencia, de Mutaciones.

Finalmente, las fotos de asados y copas, sonrisas y alivio, no tardaron en comenzar a circular en el grupo de WhatsApp. El momento ansiado de concluir.

Quizás una forma no solo de celebrar el encuentro logrado, el aprendizaje compartido e incorporado, sino también el haber podido realizar las jornadas sin dejarse vencer por la contingencia de la época.

Contingencia, invenciones, mutaciones, significantes que considero que atravesaron estas jornadas.